LECCIÓN APRENDIDA.
Hoy quiero cantarte con mis versos,
A ti viejo querido,
Por los años ya acabado
Padre amado mozo cariñoso,
Leal conmigo, mi noble amigo…
Fuiste un templo paterno de ternura;
Fuerte como un roble,
A veces duro…
a veces lleno de dulzura…
Hoy te encuentras en el cielo
Y llevaste tus ilusiones latentes,
De verme crecer
Y poderme tener
En tu corazón
Y en tu mente...
Pero, aquellas emociones
Como sábanas extendidas,
Crecerán en el firmamento
Para recordar cada momento,
Lo mucho que me quisiste
Y por cada consejo que me diste,
Jamás te escuché…
Con tu conocida franqueza,
Tu querías que cambiara
Esta pereza que aún llevo,
Es que estudiar yo debo, me decías:
Para ser un hombre de provecho
y ándate derecho
Que no hay mejor herencia,
Que un padre a sus hijos
les pueda dejar,
que una profesión
y con esta lección,
¡muchacho inmaduro!
Anda yá y ¡chanca duro!....
Mas yo no le creía y como tal,
Me portaba siempre mal,
Dinero a diario le pedía
Solo para divertirme,
Pero, un día…
Lejos de mi casa
Tuve que irme.
Y ahí solo,
En el camino de la vida,
Paso a paso me fui perdiendo,
Y al estar hoy mi padre muerto,
Es que recién entiendo
Todo el tiempo que perdí.
Y aún sigo aquí,
Hecho todo un vago
Prisionero de los vicios
Bebiendo mi más amargo trago…
y luego me pregunto:
¿ahora que hago?...
Solo triste y sin consuelo
Recostado por allí en el suelo
Me quedé…:
Y por un minuto pensé,
Cantar una plegaria,
A mi estampita de la virgen
de la candelaria
Rezando de rodillas una oración
Pedirle a mi padre perdón
Y todos los padres del mundo
En esta reflexiva composición…
.
Percy Gallegos Melgar. Poemario “Sentimientos”