EL PATITO DESCONTENTO
Vivía en un
corral, un patito muy descontento,
siempre paraba malhumorado reclamándole a su Mamá por haber nacido pato… Como tantas
veces, un día le dijo a su mamá pata.
_¡Mamá!, ¿Par qué nací pato, si no puedo volar
como lo hacen los pájaros?
_¡Ayyy, hijo! _le contestó preocupada la mamá pata.
_algún día volarás, aunque no a la velocidad
de un pájaro._
_¡Si! Pero, ¿por qué nací pato?_ insistía
el patito_
_¿Por qué no nací entonces pez para poder
nadar?
_¡Pero hijo! también puedes nadar_ dijo la Mamá pata afligida
¡Si!
Mamá, pero nado muy lento y no como ellos que si pueden nadar bajo de
agua _
_La Mamá pata no encontraba
palabras ya que contestarle para convencer a su hijo que nadie escoge ser lo
que quiere o no quiere en la vida.
_
¿Por qué no nací entonces caballo para poder correr?_ continuaba preguntando.
_pero hijo, tu puedes correr_ le decía la Madre.
_Puedo correr, pero torpemente y no como el caballo_ contestó
no contento el patito_
_¡Pero, hijo,! déjame explicarte… y el patito continuaba
insistiendo.
_¡Mamá, nací torpe hasta para caminar,!
¡Por qué no nací entonces pollo? Ellos si pueden caminar mejor que yo.
Merodeando muy cerca, una culebra que lo
había escuchado todo, se les acercó y les dijo envidiando la suerte del pollito.
_¡Amiga pata!... Disculpe el atrevimiento, pero no pude dejar de
escuchar los quejas de su hijo, ¡ayyy, de
mi!... felices ustedes que vuelan, nadan y corren, auque sea
con dificultad… ¿Y todavía se quejan ?_
Mirando la culebra al patito que
escuchaba en silencio, le dijo:
_¡Amigo patito!, desdichada soy yo, que ni saltar puedo; apenas
levanto la cabeza del suelo?
_ Y prosiguió diciendo: _quien como
tu patito, que al menos tu tienes
patitas y puedes caminar, mientras yo tengo que arrastrarme para hacerlo?
-Quien como tú que tienes dos alas, yo no tengo ninguna.
_ quien como tú que eres un pato y yo una culebra que no puedo hacer
ninguna de las cosas que tu haces. ¡¡¡snif, desdicha la mía en este mundo!!!
Se lamentaba así la culebra, a la vez que
empezaba a llorar desconsoladamente causando compasión
de la Mamá pata y su pequeño hijo; es que el patito; recién
entendía la suerte de haber nacido pato y la desgracia de la culebra.
El patito se le acercó a la culebra y la
abrazó para consolarla, cuando, muy cerca de ellos, una vocecita se dejó escuchar de una cercana rama que
colgaba.
¡Un momento! Infelices ¿de que se quejan Ustedes sí lo tienen todo?... La que debería
quejarse soy yo pero, como ven, estoy más feliz que ustedes… yo no vuelo,
porque no tengo alas... no nado,
por que mi caparazón pesa mucho y me hundiría... no corro, porque ni moverme
con rapidez puedo, y para el colmo soy muy pequeño_
y continuó diciendo:
_¡Ahhh!! Pero yo tengo algo muy importante que
Uds. No tienennn...
¿¿Qué es lo importante que tienes y nosotros no lo
tenemos pequeño amigo?? dijo la Mamá pata con mucha curiosidad...
_Con
interés la culebra también le dijo:
_Qué
es lo que tienes que nosotros no lo vemos?_
_¡Ahhh!
es cierto; dijo el caracol, eso no se ve, lo tengo bien guardadito aquí en mi mente y en mi corazón...
_¿es
acaso un secreto? _ dijo el patito_
_¡Claro
que es un secreto! pero, se los voy a decir...
todo estamos aquí cumpliendo diferentes
funciones en la vida, y no porque sea más
pequeño, valgo menos que tú, y por ser tú más grande vales más que yo...
dijo el caracolcito con mucha seguridad, y prosiguió explicando:
_Debemos saber
que para Dios todos somos iguales; el valor de las cosas no están lo
material ni la fuerza bruta, sino, en la inteligencia de
sus hechos y en el valor de sus sentimientos hacia los demás… y continuó
hablando muy contenta:
_¡Solo así lograrás sonreír a la vida como yo
lo hago!_
_¿y
como lo logro amigo caracol ?_ dijo el pollito medio avergonzado.
Sin
pensarlo el caracolcito exclamó:
_¡valorándote
tu primero! y luego valorando a los
demás tal como son…
Avergonzados la culebra y el patito escucharon atentamente tal atrevimiento del pequeño
animal después de un silencio; la culebra y el patito, prometieron cambiar su
manera de pensar y actuar, así aprendieron
la lección. Pronto el caracolcito, el pollito y la culebra se
convirtieron en grandes amigos.
Para Dios, todos somos perfectos…
Para el hombre todos tenemos defectos…
Creación de Percy
Gallegos Melgar.
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