EL PERRO Y EL GATO
En un “canchón” por “el Monte” camino a la poza del “Monte guayabo”; vivía un“perro bravo” que tenía la mala costumbre de perseguir a los gatos.
Un día el perro correteaba a un pobre gatito, que desesperadamente trataba de escapar de sus garras; en su desesperada carrera el gato evitó caer a un pozo con agua al lograr saltar a tiempo el obstáculo, pero el perro en su loca carrera no logró ver el pozo y cayó al agujero...
_¡Guau!..¡guau!_
Ladró el perro, sin poder evitar la caída. Percatándose el gato de lo que le había sucedido; detuvo su desesperada carrera y paró en seco.
_¡Ohhh! _ exclamó el gato.
_El perro ha caído al pozo, regresaré para burlarme de el_
Asomando la cabeza sigilosamente al pozo, el gato pudo observar al perro batiendo sus patas repetida veces en su intención de salir del aprieto. Al principio el gato se reía de buena gana lo que le sucedía al perro que sin fuerzas se quejaba emitiendo quejidos en sus ladridos; de pronto un fuerte escalofrió recorrió por el cuerpo del gatito y cambió la expresión de su rostro, ahora sentía pena y compasión por la desgracia de aquel animal que unos minutos antes quiso devorarlo.
_¡pobre perrito_ dijo el gato:
_ No merece morir de esa manera; intentaré salvarlo_
_¡Perrito!..¡Perrito!_ le grito el gato _no temas, ¡yo te sacaré!_
Sin pensarlo dos veces, el gatito introdujo su delgado cuerpo por el oscuro agujero
y trabando fuertemente las uñas de sus patas traseras, las enterró con fuerza en la tierra y se metió al peligroso pozo.
y trabando fuertemente las uñas de sus patas traseras, las enterró con fuerza en la tierra y se metió al peligroso pozo.
_¡Voy a colocar las uñas de mis patas en tu cuerpooo!_ ¡resiste amigo, resisteee!_
Le gritó el gatito dándole aliento.
El gatito sacó las uñas de sus patas delanteras y estirándose como pudo, las introdujo como ganchos en el cuerpo del perro. El perro intentó nuevamente salir del pozo; todo empezó bien, el perro arañando con sus patas en un último esfuerzo, ya casi lo lograban pero, cuando salía el perro a tierra airoso con las pocas fuerzas que quedaba; las débiles patas traseras del gatito resbalaron
y cedieron por el peso, el perro salió como pudo con mucho esfuerzo, mientras el valiente gatito rodaba y rodaba por mas que luchaba; hasta que al fondo del pozo fue a caer...
y cedieron por el peso, el perro salió como pudo con mucho esfuerzo, mientras el valiente gatito rodaba y rodaba por mas que luchaba; hasta que al fondo del pozo fue a caer...
Al darse cuento de esto, el perro arrastrándose como pudo, al agujero regresó
para ayudar al gatito, pero, ya estaba agotado, ya no podía hacer nada.
_¡Pobre gatito!_ decía el perro, llorando ante la impotencia.
_Me ha salvado la vida aún sabiendo que yo le quise causar daño, no tuve fuerzas para ayudarlo, debía morir yo y no él _decía lamentándose el perro, mientras lloraba desconsoladamente ante tal sacrificio.
Han pasado los años y cuentan algunas personas, que por el viejo camino un perro “desdentado” y “lagañoso”, emite tristes aullidos cada noche cuando oye maullar un gato.
“Todos podemos ser buenos,
si le ponemos sentimiento a la vida”.
“Haced el bien y no mires a quien.”
Creación de Percy Eliseo Gallegos Melgar.
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