En una casa vivía una señora llamada Cata acompañada de su gato.
Un día llegó husmeando un ratón hambriento y observando que abundaba el
alimento, se quedó a vivir con ellos.
alimento, se quedó a vivir con ellos.
El ratón siempre hacía del las suyas, se subía a la mesa de la cocina
olfateaba y comía el queso, el maíz, la lechuga y las frutas; comía cuanto
podía. Cada vez que el ratón quería comer, era perseguidopor un gato viejo,
que terminaba cansado ante la habilidad del ratón y por la vejez del gato;
éste ya se había acostumbrado a las diabluras del ratón y a veces ni lo
seguía puesto que sabía que el ratoncito era muy veloz.
olfateaba y comía el queso, el maíz, la lechuga y las frutas; comía cuanto
podía. Cada vez que el ratón quería comer, era perseguidopor un gato viejo,
que terminaba cansado ante la habilidad del ratón y por la vejez del gato;
éste ya se había acostumbrado a las diabluras del ratón y a veces ni lo
seguía puesto que sabía que el ratoncito era muy veloz.
Así pasaron los días y la misma rutina, el gato persiguiendo al ratón
que comía cual alimento encontraba.
_Al gato, hay que mantenerlo a la distancia, es viejo y flojo, además no puede
ni correr.
_ decía esto el ratón buscando la sin razón para molestar todo el día
al gato.
ni correr.
_ decía esto el ratón buscando la sin razón para molestar todo el día
al gato.
Con el paso del tiempo, el ratoncito comenzó a engordar más y cada vez más;
gracias a la abundante comida y al gato viejo que no intentaba cazarlo.
gracias a la abundante comida y al gato viejo que no intentaba cazarlo.
El ratoncito se había engordado tanto que ya no podía correr; comía y
“cascoteaba” de todo cerca del gato.
“cascoteaba” de todo cerca del gato.
Doña Cata; observando cada día todo desordenado y los alimentos
carcomidos, muy enojada agarró al gato y de una pata da lo botó
de la casa.
carcomidos, muy enojada agarró al gato y de una pata da lo botó
de la casa.
¡Fuera de aquí, gato inservible, no sirves para nada!
le gritaba la señora a la vez que el gato era lanzado a la calle por
los aires. Mientras el ratón prendido en la cortina de la ventada
observando la escena reía de buena gana. Había salido con su gusto.
los aires. Mientras el ratón prendido en la cortina de la ventada
observando la escena reía de buena gana. Había salido con su gusto.
¡Hurra! decía; feliz por lo logrado.
Los días pasaron, y el ratón continuaba con su gula, se alimentaba
tanto que apenas podía caminar…De repente tocaron la puerta,
era un encargo para la señora, con mucha curiosidad, el ratón observó
como Doña Cata, abrió la caja y ¡sorpresa! Un esbelto y joven gato.
tanto que apenas podía caminar…De repente tocaron la puerta,
era un encargo para la señora, con mucha curiosidad, el ratón observó
como Doña Cata, abrió la caja y ¡sorpresa! Un esbelto y joven gato.
_Bien gatito_ dijo Doña Cata; escúchame bien…
_La casa es toda tuya_ y señalando la cocina gritó al gato ¡anda y
busca ratones!
busca ratones!
El gato saltó de la caja y sigilosamente se desplazó por el piso olfateando
con la cabeza gacha. Tenía mirada felina y bigotes largos y gruesos;
no había duda; era un gato cazador.
con la cabeza gacha. Tenía mirada felina y bigotes largos y gruesos;
no había duda; era un gato cazador.
El ratoncito, bajó apresurado en busca de refugio y corrió como pudo para
llegaral agujero a esconderse; el gato al verlo se echó a seguirlo,
pobre ratoncito, intentó correr despavorido, pero estaba muy gordo y
no podía correr, y de un salto el gato lo atrapó con sus filudas garras que
sonreía ante el suculento desayuno.; mientras el ratoncito se lamentaba
su triste final a vez se decía:
-cuando comía lo necesario era un ratón muy ágil ahora estoy gordo
por mi gula; quisiera haber estado en las garras del gatito viejo y no
este otro; así hubiera escapado; lo menosprecié y abusé de él…
¡pobre de mi..!
llegaral agujero a esconderse; el gato al verlo se echó a seguirlo,
pobre ratoncito, intentó correr despavorido, pero estaba muy gordo y
no podía correr, y de un salto el gato lo atrapó con sus filudas garras que
sonreía ante el suculento desayuno.; mientras el ratoncito se lamentaba
su triste final a vez se decía:
-cuando comía lo necesario era un ratón muy ágil ahora estoy gordo
por mi gula; quisiera haber estado en las garras del gatito viejo y no
este otro; así hubiera escapado; lo menosprecié y abusé de él…
¡pobre de mi..!
Decía esto el ratoncito, mientras el gato cazador, disfrutaba su desayuno.
Más vale malo conocido,
que bueno por conocer.
Creación: Percy Eliseo Gallegos Melgar
(Perseo)
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